jueves, 9 de junio de 2016

12.000 horas y el sillon de mimbre

A las 12.000 horas conocì a un sillòn de mimbre, era hermoso, etéreo y un caso perdido de cobardìa, cuando me intentè sentar encima de el, nadie le escucho lamentarse y cuando me levantè y suspiro, nadie lo oyò reírse, pero se reia con sorna y un poco de maldad.

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