10 años y algunas horas

Alli sentada debajo de un cartel, que decia HR, conocì los inviernos màs duros, los otoños mas càlidos, las mejores puestas de sol, pero a los diez años y algunas horas, ya estaba hasta el moño de todo, eso si no sabia que me quedabàn màs de diez años mas, la sillita ya no decìa nada, nadie decìa nada, solo yo hablè, buenas noches tristeza y me fuì para un hospital.

No mas sillitas de mimbre

Una vez me cambiaron la sillita de mimbre, fue hace unos dos años, no queria trabajar mas en la sillita de hierro, suplique, me maree, me encaborne y abandone el lugar, en aquella sillita nadie se queria sentar, nadie volvio a ocupar su lugar, nadie abandono el lugar aquel año, la sillita se quejo pero yo ya no estaba para escucharla

1 hora y 1 minuto

Perdi la libertad en realidad a la hora y al minuto, la sillita me dijo que era soledad y yo anciana me refugie en la mirada de la soledad, mire y no mire a los ojos de las personas, mire en silencio y en años de batallas internas, mire en silencio a la sillita a la hora y comprendi que moriria como soledad y silencio.

12.000 horas y el instante de volver a la sillita

No pienso volver a la sillita solloce en aquel momento, no volvi nunca mas, me acosté tarde y me levante temprano, aun asi a la sillita la dije que la amaba, ella respondio que volviera en un instante, no pude mas, me sente en soledad y allí more en silencio, el instante de volver a la sillita había pasado.

12.000 horas sentada y llego el escandalo

Llego el escandalo, la sillita se habia fugado con un sillon de psiconalisis, nada los detenia, enamorados y felices tuvieron una sillita de jardin como hija, yo los miraba cantar y bailar, los vi mudarse de la acera a un piso de alcobendas, eran felices y a mi me abandonaron como siempre hacia todo el mundo.

12.000 horas y te echo de menos

Han pasado mas horas que 12.000 te echo de menos sillita de mimbre, tus silencios, tus tardes sollozando, tus patas rotas, tus quejidos cuando me levantaba de la sillita, te echo de menos, cuando me dijiste que te ibas llore de pena, años mas tarde te vi derrotada, vencida como yo, era demasiado tarde otro ocupaba tu puesto, como otro ocupo mi puesto en aquella maldita empresa.

12.000 horas y el caos ha vuelto a mi sillita

Abandone la sillita de mimbre en aras de la ansiada libertad, pero el caos ha vuelto a mi sillita, no podia descansar, asi que la di un lexatin, se puso peor del todo, se puso enferma de celos, de rabia, de dolor, nada parecia igual al principio, al final habia muerto de celos, yo la estruje entre mis manos y ella solitaria me dijo que me queria solo a mi, yo nunca la crei

12.000 horas y me levante

Por fin me levante mirando a la soledad a los ojos, pense que la sillita tenia una mirada como rara aquella mañana, cuando la cambiaron por una de hierro no pense mucho que haria, me levante oh me levante y no me sente mas, solo al anochecer de algun dia pense en morir, nada grave solo la sillita diciendome que se moria, se moria y se moria, cuando me la quitaron solloce medio dia, al final la sillita murio y yo casi del susto.

12.000 horas y picu

A las 12.000 horas y picu pensé en morir de fiebres pero lo pensé mejor, pensé que seria una solterona de mala sangre, pensé que si me levantaba se acabarían mis males como persona y claro que me levante, me levante y no me volvi a sentar, estuve grave dentro de la gravedad estable en mitad de la calle y a las 12.000 y picu me levante para no reventar de ira.

12.000 horas y hemos ido de romeria

A las 12.000 horas y medio dia, la sillita y yo fuimos de romería, nos sentamos como solíamos en silencio, la deje solitaria y me aleje de los vientos, sentí que la soledad me envolvía en silencio, baje la mirada a la romería, eran varios amigos, nadie me dijo si quería ir de romería, la sillita y yo nos fuimos aquel dia y no volvimos mas de romeria

12.000 horas sentada y me levante albricias

Me pase 20 años sentada en contra de mi locura voluntad, cuando me levante las estrellas habían cambiado de lugar, el mundo caminaba hacia el caos y yo era una anciana de 140 kilos en canal, pero albricias me levante y no me volví a sentar mas, andaba, me reía, me moría varias veces siempre sentada pero la sillita y yo teníamos un pacto de no agresión, así murió la sillita y casi muero yo.

12.000 horas y ha muerto la sillita

Han pasado 12.000 horas y ha muerto la sillita, ha muerto de veras, ha fallecido de falta de barniz y de soledad como yo, he estado en el funeral media mañana, no la he llorado, no la he sentido cerca sino lejos, ha ido al funeral un sillón de psicoanálisis y un señor de Badajoz, hemos llorado al final y nos hemos reido recordando el principio, adiós sillita adios

12.000 y volo el alma

A las 12.000 horas voló el alma sin sentido, no me dejes suplico la sillita, yo le dije que me había enamorado de un anima sin alma, ella sollozo y yo acunando la soledad me volví a sentar, la tranquilice como pedía y en los siguientes siglos more como pedía, voló el alma, voló la sillita y me quede sola en realidad

12.000 horas sentada en una silla de mimbre

Estaba muerta, pensé mirando a la sillita, no me respondio cuando se lo pregunte, pensé en llamar al medico pero era de noche, pensé en morirme de asco, pero no me permitían estas cosas, la sillita protesto, yo la mire y le dije que si estaba muerta, nada no me contesto, asi que me hice la muerta y me vivnieron a rescatar los de casa, nada parecía igual pensé mirando el techo, la sillita me esperaba al dia siguientes, no sabia que tendría 20 años para pensar en morir o vivir

12.000 horas y la sensacion de calor

Hacia el medio año del calor pensé que moría, la sillita también se dio cuenta, me miro con cara de preocupación pero me aleje de ella, me senté en la sillita y esta protesto, me levante y explote de rabia, nada me pareció igual, era una mujer solitaria y acalorada, nada fue igual aquel verano del calor.

12.000 horas y el caos

Llego el caos, la sillita esta sola, abandonada, enferma de celos, me he sentado los últimos años en una silla de hierro, mi compañera de fatigas de 20 años no lo ha soportado, he vencido al caos me dijo en silencio, no me arrepiento susurro en silencio, yo que pasaba de todo me sentí mejor de todo, y llego el caos, la sillita se arrepiente de todo, yo menos.

12.000 horas y ya me levante

Por fin, ha llegado el día he dejado a la sillita en el jardín, solitaria como yo, mi compañera de fatigas de mas de media vid, mi colega de noches, de días, de mañanas y tardes por fin me levante, no siento nostalgia, no siento penar, solo alivio de dejar la sillita de la maldad.

¿ Solo 12.000 ?

Naufrago un día la sillita y me pregunto toda seria, si serian 12.000 horas, le dije que si, que habría dado la vuelta al universo varias veces, que me sentaría en la luna a ver pasar los peces, que las 12.000 horas me traerían las medidas del cosmos, la verdad absoluta, la mentira mas descarada, no me fui en ensoñaciones los últimos años, pensé en volar como cuando era joven, pero mis alas estaba a cortadas por el que dirán, los payasos de la calle y la maldita sillita de mimbre.

12.000 horas y el sentido de la vida

Habían pasado unos años, no muchos cuando la sillita empezó a protestar, protesto un rato y la lleve al medico que le receto vitaminas y un complejo de amigos que se reunieron a su alrededor, se vieron en las avenidas y se saludaron como pudieron, no la dejaron sola, nadie pensó en ella, nadie pensó en mi, solo pensó la sillita que la habían abandonado, paso el invierno, paso el verano, se sintió tan abandonada que se caso con un sillón del comedor, tuvieron sillitas de mimbre y un butacon de madera y fueron felices y yo pude descansar en paz, es un suponer.

12.000 horas y el silencio de la noche

Haci frio en la noche, un frio helador, no pasaba nadie por la calle, la sillita me lo comento, yo se lo comente al habitante del hotel, nadie respondio, todos se dieron el mus, nadie era nadie, paso el tren pero nadie se bajo de el, la sillita se aburria, yo me aburria, todos los habitantes del hotel se aburrian, nadie respondio, nadie respondio a la llamada, la sillita pidio permiso para retirarse, todos contestaron que si, desde entonces anciana y sola se refugia en un jardin lleno de rosas y espinas.